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Un sueño, una palabra y la pluma marca el camino...

Mejor el fin de un asunto más que su principio...

Este es un poco de mi para todos ustedes... sueñen, que libres son los soñadores.

domingo, 20 de marzo de 2011

Mi amiga


La Muerte es tan segura de vencer, que nos da toda una vida de ventaja”, que palabras ¿no?, (Una ves las leí), es grato saber que ella será quien me reciba con sus brazos abiertos el día en que tome la leve decisión de partir hacia rumbo desconocido. Admirable, espléndida, la miro en mis sueños con un largo y escotado vestido rojo con tachas y miles de lentejuelas como estrellas, unas botas divinamente talladas en diamantes, imposible de superar, con un transparente casi invisible velo negro, cubriendo su pálido, seco y frío rostro, pero de labios ardientes como un rubí.
O como no amarte, si eres perfecta, eres mutable, eres magnifica, eres un secreto. Te admiro. Besaría tiernamente tus manos y ante tus pies descansaría mi alma desnuda, en la vergüenza de mostrar mi cadavérico cuerpo ante una finura y majestuosidad incomparable. Traes una paz que no puedo describir cuando tu nombre rosa mis rancios labios, es casi mágico la forma en que me trasladas hacia un mundo totalmente diferente. Con una música de un tono muy agudo y lúgubre, pero de ritmo risueño que nos llama que nos acoge. Tienes una vos, que es el canto de unas ninfas mal criadas. De pronto, se abre un telón. Yo a tus pies, recostado y tu mano acariciando mi rostro tiranamente. El tártaro nos bendijo con sus obedientes danzarines. La noche reinante en aquella estrella donde estabas posada, y tus ministros tocaban. El magnifico Rimbaud se postraba ante nosotros en un gesto de humildad que ni el más grande y alto cielo goza. El Dios y la Diosa se hicieron presentes para tan grato momento, y los guardianes del fuego, agua, tierra y aire se hicieron presentes en tan noble circulo. Luego la oscuridad se hizo dueña del tiempo, y el silencio reino. De pronto una riza escalofriante se sentía, como aullidos de una vieja hiena. Era ÉL, riéndose de la desgracia del mundo, en un espejo nos mostró su llanto, los pobres, el niño, el anciano, y nadie pudo disputar la magnifica verdad revelada, un unánime grito de paz y felicidad envolvió el recinto. Desde ella, la magnifica hasta el que trapeaba la sangre derramada de aquel condenado. Yo no pude sino someterme a esa falsa risa, que nacía desde el punto mas neutro de nuestro cuerpo.
Desperté, admirado por tanta belleza, tanta vacuidad, tanto glam. Recostado en mi lecho, con sangre en el piso, derredor mío, un circulo y una gran estrella que por mi ventana vi morir en el cielo. Era verde, verde como una esmeralda pero con cola roja, me recordó la dramática Navidad. Mis manos machadas de sangre, mis brazos esqueléticos y fríos, no querían rozar mi cuerpo. Ya que su lúgubre llanto impregnaba todo en mi cuarto. Desdichadamente todo acabo, y con el la ansia. Si hablar de ella me cura, contarles sobre nuestros encuentros donde nos amamos eternamente, me da la paz que busco. Espero no puedas sentirte así ya que ella es solo mía, yo comparto con ella su trono, en sus pies descansan mis sienes (lloro mientras río), beso sus pies. Y cuido envidiosamente su rastro.

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